BRASILIA, SAN PABLO Y RÍO DE JANEIRO.- Miles de brasileños volvieron ayer a las calles para expresar su hartazgo de la corrupción y denunciar las intrigas que buscan poner a salvo de la justicia a centenares de políticos.
Las protestas se iniciaron por la mañana en Brasilia y Río de Janeiro y continuaron por la tarde en San Pablo. Con dos lemas, “Fin de la impunidad” y “Renovación política”, los participantes reclaman el fin de los fueros y los privilegios procesales para ministros y legisladores, a la vez que criticaron las tentativas de amnistiar las donaciones no declaradas a campañas políticas (conocida como “Caja 2”), que canalizaron millonarios desvíos de dinero público.
Las protestas matutinas se realizaron sin incidentes pero atrajeron pocas personas y se deshicieron en poco tiempo.
Las de mayor asistencia, según las cifras de la Policía, fueron las de Río de Janeiro, en donde unas 600 personas se reunieron en el paseo marítimo que bordea la playa de Copacabana; y la de Brasilia, que atrajo a unas 500 personas frente a la sede del Congreso.
La baja adhesión de las manifestaciones contrastó con la multitud de las reivindicaciones, ya que además de defender la lucha contra la corrupción y pedir el fin de los fueros que protegen a los políticos investigados, algunos grupos aprovecharon los actos para manifestar sus propios reclamos.
Los participantes exigen el fin de los privilegios para quienes ocupan los cargos públicos porque see estima que más de cien políticos, entre ellos media docena de ministros, figuran en los pedidos de denuncias enviados este mes al Supremo Tribunal Federal (la Corte Suprema de Justicia de Brasil).
En Río de Janeiro, en donde los manifestantes se congregaron, sin exhibir símbolos que distinguieran agrupaciones políticas, alrededor de tres camiones equipados con altavoces, un grupo de personas que se declararon “defensores de la monarquía” pedía desde uno de los vehículos un cambio de sistema político en Brasil, que se encuentra organizado como una república.
Los menos numerosos, sin embargo, eran los que pedían la renuncia del actual presidente, Michel Temer, que sustituyó en agosto pasado a la destituida Dilma Rousseff, y que también ha sido salpicado por denuncias de corrupción.
En Brasilia, los manifestantes marcharon detrás de 12 ataúdes, que estaban “decorados” con las fotografías de políticos acusados de corrupción.
Sospechosos
La Policía Federal de Brasil realizó esta semana una serie de registros en varios Estados, sobre la base de las últimas declaraciones de 78 ejecutivos de la firma constructora Odebrecht, en el marco de la investigación por el escándalo de corrupción en Petrobras.
Los agentes allanaron varios inmuebles en el Distrito Federal, de Río de Janeiro, de Pernambuco, de Alagoas y de Bahía. Todos los inmuebles pertenecen a sospechosos de fraude en la “Operación Lava Jato” y están vinculados a los senadores Renan Calheiros, Eunício de Oliveira y Valdir Raupp, del gobernante PMDB, y Humberto Costa, del opositor PT.
Las órdenes de registro salieron del despacho del nuevo relator de “Lava Jato” en el Tribunal Supremo Federal (STF), Edson Fachin, a petición de la Procuraduría General de la República (PGR), según informó la cadena brasileña O’Globo. La constructora Odebrecht es una de las empresas implicadas en la trama de pago de sobornos a políticos y funcionarios brasileños para conseguir suculentos contratos públicos de la petrolera estatal, Petrobras. (infobae.com.ar/www1.folha.uol.com.br)